InicioSonidos Latinoamericanos: Ed Maverick, el nuevo folk mexicano

Sonidos Latinoamericanos: Ed Maverick, el nuevo folk mexicano

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Eduardo Hernández Saucedo pasó de tocar música en bodas y fiestas de quinceañeras en su estado mexicano natal de Chihuahua a ser uno de los nombres destacados del lineup de Coachella. Un gran camino, no de rosas precisamente, sino más bien de una planta un poco más complicada, como de cactus, por ejemplo. Antes de convertirse en Ed Maverick, Eduardo vivió en la conflictiva Ciudad Juárez, al borde de la frontera entre Mexico y Estados Unidos. Entre guerras de narcos y coches quemados (el de su familia incluido), su infancia se vio afectada por la inseguridad y el miedo. Cuando cumplió 7 años, su familia decidió mudarse a una ciudad más tranquila al sur del mismo estado, Delicias.

Millenial de manual, por fecha de nacimiento y por su manejo de las redes, el mundo web le ha empujado a la popularidad pero también al infierno del acoso. Empezó a tocar la guitarra de manera autodidacta, viendo videos y tocando norteño, género musical popular de su tierra. Compuso una serie de canciones y las subió a su blog, obteniendo miles de streams. Acaparó así la atención de Universal Music, con quien firmó y publicó su álbum mix pa llorar en tu cuarto, que le catapultó definitivamente a la fama aumentando sus cifras de manera abismal: su tema Fuentes de Ortiz tiene más de 55 millones de vistas en youtube y fue por un tiempo el artista más viral en Spotify en Mexico, pasando de tener 5.000 streams a 450.000 diarios. Esto podría no ser llamativo en un género comúnmente escuchado como el reggaeton y el trap donde los millones de escuchas se cuentan a lo grande. Pero es más difícil para un cantante con un álbum en el género “bedroom – pop- folk” acústico.

Como su propio nombre indica, el primer disco de Maverick es una recolección de canciones que hablan en gran parte de desamor y otras desilusiones, acompañadas únicamente de una guitarra y su voz; mix pa llorar en tu cuarto es ese disco que pones cuando quieres, precisamente, llorar a gusto, recrearte en tu tristeza y gritar al universo que tus desgracias son lo más grave del mundo, porque la chica que te gusta no te hace caso. Y es necesario.

Viral es la palabra que rodea a este cantautor como un aura, no precisamente buena. En noviembre del año pasado el tweet «Chinga Tu Madre Ed Maverick” (algo parecido a “Que Le Den A Tu Madre Ed Maverick”) se hizo trending topic en Twitter. Una confluencia de elementos causó este bullying virtual: unos comentarios desafortunados que el artista hizo al principio de su carrera comparando la homosexualidad con la pedofilia de los que se ha retractado públicamente, así como burlas de su música tachada a veces de ser demasiado romanticona, además de envidias y celos de sus contemporáneos. Al principio no le causó mayor preocupación, pero el acoso fue adquiriendo más y más gravedad cuando empezó a recibir mensajes privados con amenazas. El estado de profunda tristeza en el que se encontraba el artista se hizo visible en un concierto en la sala Baby’s All Right de Brooklyn donde el cantante se derrumbó sobre el escenario llorando y lamentándose de la situación en la que se veía envuelto.

El 27 de noviembre Maverick lanzó un comunicado en el que declaraba que se iba a alejar por un tiempo de las redes sociales, cerrando su cuenta de Twitter y delegando a su equipo de management la gestión de su cuenta de Instagram. Al poco tiempo aparecía de nuevo en Twitter aunque de manera mucho más esporádica, y parece ser que las amenazas y burlas de los trolls han desaparecido. Alejado por un tiempo del foco mediático, disfrutando su vida de metrópoli en la caótica y ecléctica Ciudad de Mexico, el público ha visto a este cantautor pasar de adolescente a adulto no de la manera más dulce. Maverick reconoce que la fama le afecta y se pregunta como artistas como Billie Eillish pueden convivir con ello. No en vano la cantante también ha reconocido en público recientemente que parece que cuanto más éxito tiene, más críticas recibe y más acosada se siente por el público.

No es habitual ver a un cantautor de folk mexicano brillar en un universo de reggeatoneros, artistas de hip hop y trap, y menos acompañarles en el cartel de uno de los festivales más importantes del mundo. Con 19 años, llena teatros con su voz y una guitarra, haciendo gritar al público a pleno pulmón sus letras cruelmente reales. Esa es quizás la clave por la que este cantante del mundo underground ha salido a la superficie: “Me gusta dar voz a los pensamientos que tenía con 16 años. A la mayoría de los artistas les gusta hablar de la luna y las estrellas y otras metáforas, y yo me quise alejar de eso. Quiero cantar igual que hablo. Creo que es más sincero de esta manera, como si estuviera hablando cara a cara«, reconoce en una entrevista.

¿Qué esperas de mí? /Quiero ver que piensas tú / Me dijiste ayer: «Wey cero romántico»” reza Acurrucar, uno de sus hits. Fuentes de Ortiz pide explicaciones a una chica de manera muy directa: “Y al chile yo hasta moriría por ti pero dices que no / No eres directa neta ya me estás cansando se concreta por favor”. Se le ha tachado de ser demasiado romántico o incluso sensiblero y dramático. Pero parece que eso es precisamente lo que su público necesita. Porque algunos caminos tienen espinas y alguien tiene que cantar por ellos.

Descubre la música de Ed Maverick a continuación

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