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Nuevos Valores: The Clods Band

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The Clods Band es una de esas bandas que darán que hablar por su proyección y versatilidad.

Cada uno de ellos han tenido una relación con la música desde que eran bastante jóvenes. Los que más tiempo llevan tocando juntos son Calero -batería- y Lucas -voz y guitarra-, que empezaron a tocar el violín juntos en la escuela de música y danza de nuestro pueblo con cuatro tiernos años. De forma casi natural, fueron creciendo y acabaron formando un grupo juntos, y ya en la época del instituto ese primer proyecto se juntó Miriam -bajo y voz-, que salía a su vez de proyectos musicales anteriores. Mantuvieron esa formación durante un tiempo, y después Lucas se fue a Finlandia a vivir y aparcaron el proyecto. En ese tiempo Calero recibió la propuesta por parte de Azul -voz y guitarra- de formar una banda, y a la vuelta de Lucas ambos proyectos se fundieron en uno solo. De ahí sale The Clods Band.

Para componer, suelen comenzar con una idea repentina

Cada uno venía de estilos diferentes, y de vivencias diferentes. «Calero viene de una casa en la que se escucha mucha música nacional pero a él le encanta el metal, Azul viene de una casa que tiene a Beatles por banda sonora y le fascina Broadway«. En casa de Miriam hablan los cantautores y ella es una punk, y en la de Lucas eran de rancheras pero el sueña con ser un bluesman. Que cada uno venga de un camino tan diferente y hayan desarrollado gustos tan dispares hacen que cuenten con un montón de opiniones diversas a la hora de hacer una canción, y eso es lo que más define su sonido.

Para componer, suelen comenzar con una idea repentina. «Una hilera de acordes que se enganchan, un sentimiento, o quizás algo de lo que alguien quiere hablar«. Generalmente la idea básica toma forma en manos de Azul o de Lucas (o ambos a la vez, de ahí han salido las mejores composiciones), y después toda la banda empieza a aportar ideas y a modificarla hasta que nada puede evitar su nacimiento. 

Con las grabaciones es algo más fácil -dado que ya tienen el tema hecho-, pero al mismo tiempo es más complicado estar contentos con el resultado. Siempre hay alguna idea más, siempre una alternativa a alguna nota… pero les encanta. Se creen capaces de pasarse la vida en el estudio.

El Happy Rock (que es como denominan su estilo) es una mezcla desenfadada de varios estilos populares, «con el objetivo principal de hacer que el oyente se divierta y baile, y que olvide sus problemas un ratito«.

Tiene ritmos funkys, coros poperos, líneas de blues, distorsiones grunge, sentimiento jazzy, ganas de bailar ska y a veces suena a folk. Se deja cantar y trata de dibujar una sonrisa en la cara, y creen que ahí es donde encajan en el panorama actual. Ofreciendo tres minutitos de un sonido que te haga sentirte bien y te de una oportunidad de olvidarte de lo demás.

Cogemos el móvil para descansar pero en realidad eso solo nos conecta a otro tipo de actividad

Felicidad. Buen rollo. Y un espacio para descansar la mente y olvidarse un poco de todo. Hoy en día tenemos el cerebro a mil, no dejamos de recibir estímulos. Cogemos el móvil para descansar pero en realidad eso solo nos conecta a otro tipo de actividad: vemos mil imágenes, repartimos mil corazones, escribimos miles de palabras. 

Ellos quieren que en toda esa locura de información y estímulos la gente encuentre un hueco simplemente para sonreír y echarse un bailecito discreto, quizás hasta de piel para dentro. «Que nos acojan como un pequeño oasis en el que desconectar de tanta conexión dentro y fuera de las pantallas, y simplemente se dejen llevar por el ritmo«.

The Clods band denomina internet como una maldición y un milagro al mismo tiempo para los nuevos músicos. Ahora es más fácil que nunca hacerse con un instrumento, encontrar formas de aprender a tocarlo, buscar gente con la que formar una banda. Es más sencillo grabar, compartirlo, escucharlo. 

Pero por otra parte eso significa también que hay muchísima más gente compitiendo por hacerse un hueco con su música, y que en toda ese infinito mar de nuevos artistas es muy difícil para el público dedicarle un rato de atención a todos. Las nuevas tecnologías son una muy buena herramienta al alcance de cualquiera banda emergente, pero no bastan por sí solas. Así ven el panorama actual.

Respecto a los directos, son necesarios para coger rodaje, y ayudan a darse a conocer. Pero están bastante limitados, y si no sales de tu ciudad al final se hacen demasiado repetitivos tanto para las bandas como para el público, y sientes que te enquistas. Sin embargo hay nuevas propuestas todo el rato, y cumplen una funcion vital para las bandas emergentes, aunque en ciudades grandes como Madrid, se ahogan entre tantas ofertas de ocio diferentes.

Sin duda alguna, están pendientes de la escena actual. Ellos mismos nos recomiendan a Mangrooves, que se merecen que les dediquemos una escucha activa. Y tampoco dudan en exhibir sus gustos en cuanto a sus discos preferidos: Eso les ha costado un montón. Pero después de casi una hora de discutirlo entre ellos, han ganado Abby Road (The Beatles), Costello Music (The Fratellis) y London Calling (The Clash).

¿Y qué es la música para ellos? Lo es todo. Es una forma de expresarse, de entender el mundo y de comunicarse con él. Es un refugio donde descansar y un proyecto en el que volcar todo su esfuerzo, una forma de construirse a ellos mismos y de destruir todo lo que les disgusta o les da miedo. Es una forma de vida.

La lista personal de The Clods Band

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