Cualquier persona de mar sabe que resulta imposible avanzar contra un viento enfurecido si no es en zigzag. Así es como llega el segundo disco del ex-Manta Ray Nacho Álvarez, Retales de vientos enfurecidos (Astro / Ataque! 2019): entre fuertes borrascas e inesperadas tormentas, a merced del viento.
Tras haber ofrecido varios conciertos en solitario o acompañado de su Quarteto Bendición, Nacho Álvarez desembarca con Retales de vientos enfurecidos, un trabajo formado por 10 canciones, bellas y tristes, desgarradas, que ahondan aún más en la introspección musical y la coña marinera de un autor que lleva estilos tan universales como la habanera, el tango o la chanson a sus rincones más personales e íntimos.
En palabras de Nacho, “el disco surgió a partir del contraste que provocan la pérdida de dos personas muy queridas y la llegada al mundo de mis dos hijos. La lucha interna que se produce dentro de mí, inexplicable, queda envuelta en una realidad cotidiana que empieza a mostrárseme como irrealidad cotidiana cada vez con más fuerza. Retales de vientos enfurecidos salda con canciones las pequeñas cuentas pendientes de un momento muy especial de mi vida”.
Grabado en los Estudios Moonriver de Santander y producido por Fernando Macaya y el propio autor, este segundo disco del asturiano Nacho Álvarez supone un nuevo lance en la aventura solitaria de alguien que conoce bien la historia de la música popular, sus orígenes y variantes, sus laberintos, también sus peligros. Si durante su etapa con Manta Ray ya permitía que se filtraran sus satisfacciones por el jazz o el blues, en esta esperada travesía parece dispuesto a permitir que sus canciones reposadas de ritmos acústicos queden ligeramente contaminadas por actitudes propias de personajes y ambientes tabernarios, de barrio, noctámbulos.
Ha pasado más de un lustro desde que Nacho Álvarez editase Cuchillo, tijera, ojo de buey (Grabaciones Perdidas), su debut al frente del Quarteto Bendición, donde nos permitió escuchar su voz áspera y descosida encima de guitarras, banjos, percusiones y vientos con los que decidía navegar hacia sonidos circenses, historias carnavalescas, pulsiones mundanas y sombríos escenarios de decadencia y perdición. Retales de vientos enfurecidos continúa a la deriva por esas fascinantes corrientes musicales.
