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Triángulo de Amor Bizarro: «La música es un gran ejemplo de una forma de plasmar las cosas que te pueden pasar a lo largo de un año de formas completamente diferentes» (2020)

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A pesar de estos extraños días que nos han tocado vivir, nuestra sección de entrevistas no para. Esta vez le ha tocado a la banda gallega Triángulo de Amor Bizarro, con quienes hemos hablado a distancia, por supuesto, acerca de su nuevo álbum, cuya reseña podéis leer aquí.

Si con Salve Discordia (2016) se consagraron como referentes del sonido punk-rock actual, con su segundo álbum homónimo van un paso más allá. Hablamos con Zippo y Rodri, entre otras cosas, de madurez (o no) o de un nuevo proceso de composición que ha dado como resultado un agujero negro que atrapa a quien lo escucha, desde su estruendosa Ruptura hasta el desvanecimiento paulatino de Los Golpes Olvidados.

El último LP que sacasteis fue Salve Discordia, y en líneas generales parecía vuestro trabajo más completo, hasta ahora. ¿Cómo ha sido el camino de cuatro años hasta llegar a este LP? ¿Habéis ido componiendo canciones intermedias, o cuando terminasteis con El Gatopardo (2018) os metisteis de lleno?

Sí, fue más bien así. Cuando acabamos con la gira de Salve Discordia empezamos a ensayar cosas nuevas. Y, bueno, aunque la gira se alargó un poco más, sí que teníamos algunas canciones que fueron las que acabamos convirtiendo en El Gatopardo, porque en principio vamos haciendo canciones, pero como vimos que podíamos sacarlo y descansar… El Gatopardo lo planteamos un poco como un disco muy crudo para acabar con una etapa, con cuatro canciones que tenían más o menos el mismo rollo. Cuando acabamos con la gira de El Gatopardo, que también se alargó un poco más, pues ya nos metimos de lleno con el material nuevo.

¿Cuánto tiempo habéis estado preparando en el estudio? Porque el sonido tan complejo que tiene este disco os ha tenido que llevar un currazo tremendo.

Lo planteamos en dos etapas. Normalmente lo preparamos en nuestro estudio casero, lo llevamos al local de ensayo, y luego ya al estudio y lo grabamos. Con este disco lo hicimos de otra forma, porque había ideas que empezamos a desarrollar aquí en nuestra casa y porque hay ideas que surgieron en las propias sesiones, como seis meses antes. Luego, cuando lo llevamos al estudio de grabación, pues íbamos con muchas cosas ya montadas para simplemente darle el toque final. Todas las partes electrónicas fueron el trabajo que hicimos a lo largo del año, de modo que juntamos el proceso de grabación y composición. En este disco, desde el momento en que las componíamos, las llevábamos al estudio. Eso nos permitió cortar y meter cosas que cuando las grabas en formato de banda no te lo permite. 

Triángulo de Amor Bizarro
Foto: Luis Diaz

En este disco sí dejamos cinco-seis ideas de canciones que no llegamos a encajar, pero sí que nos gustaría retomarlas una vez que acabáramos el disco

¿Os habéis vaciado por completo u os habéis dejado alguna canción fuera, con la posibilidad de hacer algo similar a El Gatopardo?

Empezamos con material que no llegamos a acabar. Nunca nos había pasado. En este disco sí dejamos cinco-seis ideas de canciones que no llegamos a encajar, pero sí que nos gustaría retomarlas una vez que acabáramos el disco. A raíz de esta forma nueva de hacer música, nos podemos permitir explorar mucho más y ahondar en esta parte; o a lo mejor nos levantamos un día con la idea de grabar un disco de media hora, como los primeros. Sería un paso de algo más complejo, como este disco a volver a algo más primario. 

El título del disco, homónimo, es llamativo, porque me retrotrae a vuestro primer trabajo. Da la sensación de una vuelta a los orígenes, pero sin quedaros del todo ahí.

Evidentemente, el primer disco sí que presentaba lo que éramos nosotros en esa época. En los otros discos no había un contenido tan personal. Sí que es cierto que este disco vuelve a representarnos más a nosotros mismos, pero lógicamente en otra época. No fue nada intencionado. Lo único que nos planteamos con estas canciones, era impregnarlas de nuestra esencia, pero llevarlas al extremo de su rollo. En otro disco sí hubiésemos tenido una canción súper agresiva, súper potente, quizá hubiésemos buscado una voz más lánguida. En este disco vamos a llevar ideas muy independientes la una de la otra y ver hasta dónde podemos llegar con cada canción. Es algo que habíamos hecho otras veces, pero no llevándolo tan lejos.

Hemos jugado menos con el doble sentido. Hemos querido escapar de ese punto central que es donde está la mayoría de música punk-rock, que es donde está el dinero. Esta zona central donde todas las cosas se parecen, donde puedes ganar más público, pero me parece también la zona más gris. En realidad, en el arte y en la cultura es en los extremos donde está la belleza, la vida, aunque haya quienes se empeñen en dar una connotación negativa a esos extremos donde prima el «ensayo y error».

Metiéndonos con las canciones, quería empezar con Folía de las Apariciones, y su asombroso parecido a Les Llevaré Mi Cruz en cuanto a sonido. Es una letra con un aire muy místico gallego con vuestro inconfundible sello, lo que refuerza la idea que hemos comentado de no perder el foco del todo de vuestros orígenes.

Esta canción bebe mucho del Romanticismo de Rosalía de Castro. Es un poco es rollo, que te lleva a esa negrura fantasmagórica, y nos gustaba mucho este tema. Ya en el estudio tuvimos la idea de lograr que esta canción sonase lo más cruda posible. La producción fue muy parecida a cuando grabamos Les Llevaré Mi Cruz, sin guitarras dobladas. Los cuatro instrumentos de principio a fin y ya está. Es una canción mucho más esquelética dentro de la tónica del disco. La folía es un género medieval cien por cien ibérico que fue contaminando la música posterior. Tiene un rollo circular parecido al blues, pero de hace 500 años. Para llegar a esta canción tuvimos que buscar muchas ideas musicales poco habituales para nosotros y para el público. Nos encontramos con dilemas de cómo resolver la voz. Fue un puzzle que conseguimos descifra, y dio como resultado una de las canciones más extrañas de todo nuestro repertorio. 

Esta canción es, sin duda alguna, la “marca de la casa” de Triángulo de Amor Bizarro. Lo que decíais de ir más allá, de no hacer un disco igual que el anterior, romper moldes…

Bueno, al menos es lo que intentamos (risas). Lo que hicimos fue ajustarla lo máximo posible a nuestro estilo porque tiene un beat de batería muy parecido a Les Llevaré Mi Cruz. Hay otras canciones en las que probamos cosas que no habíamos probado nunca, pero muy sencillas, como una guitarra acústica. Nunca lo habíamos hecho, porque sabíamos que teníamos otro material.

Al ser humano le gusta encasillar todo. He tenido muchas conversaciones con un amigo acerca del género o el estilo musical en el que se encuentra Triángulo de Amor Bizarro. Normalmente lo hemos dejado en el punk, pero, de nuevo, este disco nos ha vuelto a romper los esquemas, ya que habéis introducido sonidos muy variados. Ruptura, por ejemplo, se acerca mucho al metal, con la voz tan distorsionada y potente. Hay canciones con un sonido muy grunge, y Cura Mi Corazón Los Golpes Olvidados, tienen una gran proximidad al rock progresivo. Es un disco que se va apagando poco a poco.

Íbamos buscando algo como eso: una estructura, con un final más abierto, como si fuese un agujero negro (risas). Nosotros siempre nos hemos considerado muy próximos al punk-rock de toda la vida. Lo vemos como un género experimental, con algo que decir. Lo que ahora se conoce como indie nosotros nunca nos hemos querido sentir dentro. Podríamos meternos también dentro de un abanico más amplio de música Alternativa, pero por ejemplo no podemos definirnos tampoco en una escena Underground, porque aquí en España utilizar ese calificativo es más complicado, a fin de cuentas, acabamos tocando en festivales, con público, vivimos de él… Nosotros siempre nos sentimos cercanos a grupos de chavales que salen a lo loco. Es que, al fin y al cabo, España es musicalmente un país muy pequeño y al final, al 90% de los estilos se los aglutina dentro de una etiqueta. Es, de todos modos, una forma de llegar a más público.

Triángulo de Amor Bizarro
Foto: Rocafort

Nosotros en cada disco planteamos una cosa diferente

A pesar de ese sonido tan crudo, hay un componente nostálgico que subyace en cada canción, pero con un punto de vista muy maduro. La pregunta es, ¿ha alcanzado Triángulo de Amor Bizarro su madurez o preferís no poneros un techo?

No, porque al final madurez suena a algo muy serio. Nosotros en cada disco planteamos una cosa diferente. Este disco ha salido de esta manera, porque el anterior era de otra forma. Cada disco es una respuesta a lo anterior. Salve Discordia, por ejemplo, era un disco Rock & Roll, y este disco es nuestro disco de pop contemporáneo, o al menos lo vemos así. Pero no hacemos un disco de pop corporativo, con un single, otras seis canciones como proyecto de single y las tres restantes de relleno. Nosotros hemos hecho un disco de Pop, más del rollo The Cure, en plan: tienes el single, te la juegas todo con ello y luego el disco con cosas diferentes. No tiene sentido hacer un álbum plano porque eso es un puto rollo, son intentos constantes de hacer siempre lo mismo. Lo bueno de la música es que puedes sacar todo tipo de movidas, es simplemente encontrar la forma de hacerlo. Ningún ser humano es unidimensional y la música es un gran ejemplo de una forma de plasmar las cosas que te pueden pasar a lo largo de un año, de formas completamente diferentes. 

Fukushima es un tema que no ha dejado indiferente. Continuáis con la creación de vuestro propio imaginario, con elementos cotidianos como aquel desastre nuclear.

Para nosotros es complicado transmitir lo que sabes. El convertir un cementerio, una emoción, un sentimiento, y de repente plasmarlo en el mundo real con sonido. Ese es el proceso que nos interesa. La cuestión es que todo ser humano tiene esa noción y el objetivo es cómo transformarlo en canción, cuadro u objeto, y poder transferirle esas cualidades, ese algo mágico no medible o no justificable. Hacer que las cosas que significan algo para ti acaben significando algo para quien te escucha. Fukushima es la forma en la que transmitimos la sensación de soledad en el mundo actual, a través de la pantalla. Cogimos en este caso un fenómeno holocaustico, como podríamos haber cogido ahora el coronavirus. Es un poco asociar algo tan difícil como la soledad con una idea terrenal. Después la gente lo escucha y lo interpreta a su manera, pero a nosotros internamente nos tiene que funcionar para que la gente lo enfoque de esa manera.

Es inevitable hablar de la realidad distópica que estamos viviendo, de modo que quería preguntaros ¿qué canción elegiríais de este disco, o vuestra discografía para este momento?

De elegir alguna tendría que ser de este disco ya que, como hemos venido comentando, cada uno de nuestros discos es hijo de su tiempo, y este, el más contemporáneo. En él hemos querido enfrentar nuestras emociones más recientes a un ambiente distópico que nos hemos encontrado de forma completamente involuntaria. 

El orden de las canciones está elegido con un cierto mimo. Va a ser un reto para vosotros preparar el setlist para los directos.

Planteamos el orden en base un poco a la narración, buscando una sintonía con el tono general del disco, de forma que una canción desembocase en otra. No Eres Tú, por ejemplo, marca el ambiente para todo el disco. Su propia existencia, es impregnar toda su esencia en el disco. En términos cinematográficos es el plano que marca la secuencia. Ahora mismo estamos trabajando con una pre-selección de 40-50 temas, pero encontraremos la forma (risas). Pero sí, estamos repensando mucho el setlist. Intentaremos hacer como con Salve Discordia, agarrando y complementando un poco el resto de canciones de anteriores trabajos. 

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