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St Woods: “Aunque seamos conscientes de que el dolor es algo malo, creo que también hay una belleza en él” (2020)

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Fotografía: Sofía Boriosi

Es probablemente uno de los nombres que más está dando que hablar en el circuito independiente de nuestro país: Se llama Nacho García, es de Madrid y bajo el nombre de St Woods se articula un proyecto de indie-folk sumamente interesante. Tras algunos adelantos que dejaron un excelente sabor de boca, por fin ve la luz su primer larga duración: Bones.

Las diez canciones que componen el álbum tienen un justificado peso emocional para su autor y se visten con un sonido orgánico muy contemporáneo, donde los sonidos acústicos se entremezclan muy acertadamente con la electrónica más delicada. Historias dolorosas, extremadamente sinceras y con una honestidad a la hora de contarlas que merecen ser escuchadas con toda la dedicación y el tiempo que se requiera para adentrarse de lleno en ellas.

Charlamos con Nacho pocos días después de haber publicado Bones y con él recorremos su propia experiencia vital que le ha llevado a dar forma a estas canciones. St Woods se presenta con un primer trabajo de una altura enorme y, hablando con él, muestra la misma honestidad que hay en sus composiciones.

La primera pregunta es casi obligada por la extraña época en la que estamos ahora. ¿Cómo has vivido la salida del disco? Supongo que debe ser extraño preparar la publicación de un trabajo y que, cuando llegue el momento, la situación sea la que es actualmente.

Obviamente, cuando llevas trabajando mucho en un lanzamiento, que ocurra todo esto te trastoca los planes. Pero a mí, de alguna manera, me ha salvado un poco la cuarentena. Al final me he pasado todas estas semanas preparando el lanzamiento, entrevistas, vídeos… También creo que he tenido la suerte de que los grandes lanzamientos de las discográficas se hayan aplazado, así que la parrilla de salida era algo más fácil para tener cierta visibilidad. De hecho, yo el viernes pasado flipé porque los únicos que sacábamos disco éramos Melenas y yo.

La verdad es que estoy contento. Pensaba que me iba a sentar peor, pero está siendo una alegría dentro de todo esto que está pasando. Así que tengo la sensación de que no fue un error mantener la fecha de lanzamiento.

Es cierto que, de alguna manera, se truncan planes, pero quizás este tiempo de confinamiento también venga bien para que la gente pueda escuchar tu disco de manera reposada, adentrándose en él como se merece.

Estoy completamente de acuerdo. De hecho, hablando como consumidor de música, creo que las condiciones en las que estamos favorecen mucho el hecho de escuchar discos enteros. Yo siempre intento escucharlos de esta manera pero es verdad que, dentro de tu rutina o de tu vida cotidiana, no tienes esa media hora, a no ser que sea de camino a algún lado. Es verdad que ahora tienes la oportunidad de escuchar un disco entero en tu casa y la mayor distracción que puedes tener es, a lo mejor, lavar los platos (risas).

Tenía algo de miedo por si a lo mejor lo que se estaba esperando de mí no iba a ocurrir

Me gustaría preguntarte, antes de adentrarnos de lleno en Bones, cómo surge St Woods. En qué momento te das cuenta de que quieres dedicarte a esto y de qué manera eliges el camino a seguir, el lenguaje musical que crees que mejor te define.

Mi pasión por la música empieza por mi adoración absoluta a Green Day y por querer tener mi grupo de colegas pegando saltos. Pero sí que es verdad que tuve la gran oportunidad de irme a estudiar fuera un año y empecé a tocar en la calle para ver qué pasaba. De chiripa encuentro una respuesta del público y, sobre todo, una respuesta mía personal, dándome cuenta de que me gustaba mucho lo que hacía. Las restricciones que tiene la calle, como el hecho de ir con una guitarra acústica y poco más, me llevaron a investigar acerca de ese tipo de música. A raíz de eso descubrí el mundo del folk y del indie-folk y es cuando me empiezo a situar ahí.

Cuando volví de estudiar aparqué durante un año ese sueño pero, en cuanto terminé la carrera e hice tres meses de prácticas en una empresa, me di cuenta de que esa no era mi movida. Yo estudié empresariales e intenté durante un verano hacer lo que se espera de un ciudadano normal, pero al final pensé que tenía que intentar lo de la música porque no quería verme dentro de 30 años en un sofá, arrepintiéndome por no haberlo hecho. Ahora mismo estoy en ese momento: que al menos no sea por no haberlo intentado.

Háblame un poco de esa experiencia de tocar en las calle. ¿Cómo decides hacerlo y qué es lo que más valoras de todo aquello?

El primer momento de salir a tocar a la calle es más por curiosidad, por ver si suena la flauta y consigo sacar algo de dinero para pagar mis gastos de allí. Si te soy honesto, yo pensaba ganar en una hora 20€, no 80. Entonces claro, cuando veo que ahí puedo tener una fuente de ingresos que me puede permitir hacer más cosas, es como que esa curiosidad se va agrandando más. Así que después de una semana tocando en Bruselas pienso: «¿qué pasaría si hago esto en Amsterdam, que está a menos de dos horas en tren?». Entonces voy a Amsterdam, lo hago, funciona mejor aún y ahí pienso: «¿y si me voy a Budapest?». Así que aprovecho un poco el hecho de querer viajar y conocer Europa para ir incrementando esa curiosidad.

El viaje termina con un par de meses en Londres, donde experimento el hecho de tocar en la calle pero desde otra perspectiva. En Bruselas y el resto de ciudades yo me encontraba un poco más solo, pero de repente en Londres conocí la escena de buskers de allí y la verdad es que aluciné. A lo mejor la comparación es odiosa pero es como la película de Los Aristogatos: de repente me vi rodeado de una cantidad de músicos callejeros que tenían un talento descomunal y que estaban allí únicamente por el amor a la música. Es que en Londres hay gente en la calle haciendo cientos de euros la hora, que podrían vivir muy bien pero deciden hacerlo de esta manera.

Como te decía al principio, el disco ha cubierto con creces las expectativas que teníamos muchos. Pero, el buen recibimiento y las críticas a tus anteriores adelantos ¿han supuesto cierta responsabilidad o presión a la hora de afrontar el lanzamiento del álbum completo?

Tampoco ha sido una presión enorme pero sí que he tenido varios miedos: Uno de ellos es el hecho de tardar en hacer las cosas, sobre todo viviendo en una sociedad en la que, si estás más de dos días sin dar señales de vida, es como si ya no existieses. Por otro lado, también tenía algo de miedo por si a lo mejor lo que se estaba esperando de mí no iba a ocurrir. Ya no tanto por la audiencia o por la crítica en sí sino porque el propio disco no fuera tan bueno y que sólo le gustara a 30 personas en todo el mundo. Es que esto no es tan loco y puede ser que al final el disco no funcione.

Pero, si te soy sincero (espero no sonar muy narcisista o egocéntrico), las veces que me he agobiado me he puesto el disco, lo he escuchado, me he sentido orgulloso de lo que había hecho y he pensado que si, después de tanto tiempo, este disco todavía tiene sentido para mí, la gente lo va a entender cuando salga.

El disco ha estado condicionado por una situación mía personal muy fuerte

¿Y en cuanto a las comparaciones? Supongo que al principio a todo el mundo le gusta que le comparen con gente como Bon Iver y demás, pero habrá un momento en que quieras desprenderte de eso. ¿Cómo has vivido todo esto?

Tienes toda la razón que, de primeras (y aún tengo esa sensación), es muy positivo que me comparen con una de las mayores influencias que tengo, con un proyecto que cuanto más lo conozco, más lo admiro. Pero sí que es verdad que mi deseo es que St Woods suene a St Woods. Yo quiero encontrar un sonido característico y creo que voy camino de conseguirlo.

Lo que sí que te digo que me puede molestar un poco más es la generalización de las comparaciones. Da la sensación de que, por el hecho de ser indie y usar autotune, la comparación con Bon Iver es directa, cuando a lo mejor detrás de este disco hay un ejercicio de búsqueda de sonidos que van más allá de Bon Iver. La realidad es que antes de que llegara él había cientos de artistas que hacían lo mismo, lo que pasa es que él ha llegado donde ha llegado. Pero vamos, que en realidad no me molesta e incluso puedo entenderlo.

También es cierto que a veces leo algunas comparaciones que ya no sé si se tira de denominador común o son reales porque yo no las veo por ningún lado. Pero vamos, que todo esto partiendo de la base de que si me quieres comparar con un tío que ha ganado Grammys, desde luego que no me voy a quejar (risas).

Lo cierto es que a mí este disco me ha servido para apuntar un poco la flecha y, a partir de ahora, ir afinando un poco más.

Entrando de lleno en Bones. En general hay una pátina de melancolía a lo largo de todo el disco y quería saber si, a la hora de crear las canciones y dar forma al álbum, ha habido algún tema recurrente que te haya orientado hacia el resultado final. ¿Algún concepto que subyazca y con el que resumas lo que hay dentro de Bones?

No sé si ha sido intencionado pero sí que es verdad que el disco ha estado condicionado por una situación mía personal muy fuerte. Yo entro en el estudio a un mes de haber perdido a dos familiares, de haber perdido amigos, de haber perdido relaciones que ya no van a volver… Directamente les digo a Luca Petricca y Brais Ruibal, que son mis productores: «Personalmente, esta es mi situación». Así que la primera semana de grabación fue de hablar entre nosotros de todas estas situaciones y creo que es eso lo que ha afectado a todas las canciones.

Creo que tanto Luca como Brais eran conscientes de cómo me sentía yo a nivel emocional y lo entendieron, así que es verdad que esa melancolía que se percibe con el disco viene de ahí. Imagínate estar con una persona que durante dos meses te está contando la misma historia que, además, es una historia horrorosa. Al final eso se te pega.

Tuve la sensación de que si no hacía las canciones lo más honestas posible, a mí personalmente el disco no me iba a funcionar

Ya que nombras a Luca Petricca y Brais Ruibal, que han estado detrás de la producción de Bones, aprovecho para preguntarte acerca de lo que crees que han aportado ellos a estas canciones y a tu sonido.

Yo encontré de chiripa el dúo perfecto. Con Luca ya quería trabajar porque es un tío que ha hecho discazos en la escena indie nacional: con Izal, Vetusta Morla, Xoel López, Novedades Carminha… Y él me presentó a Brais, que yo no le conocía.

Brais Aporta mucho la innovación y la búsqueda de sonidos poco habituales. Era con él con quien yo intentaba encontrar las texturas de las canciones y los sonidos. Luego llegaba Luca, que es como la voz de la experiencia en muchas cosas, pero sobre todo en el hecho de hacer que una canción suene bien, intentando alejarla lo máximo de la complejidad de instrumentos. Sí que es verdad que a lo mejor yo hacía una canción con Brais, que tenía 40 tracks y Luca decía: «si reducís las tracks a la mitad, creo que vais a contar lo mismo y va a ser más bonito». Así que él llegaba y le daba a todo un sentido mucho mayor.

Las letras de las canciones son muy claras y hablan de temas muy personales y dolorosos, tal y como has dicho hace un momento. ¿Te ha costado mucho desnudarte emocionalmente?, ¿ha sido duro el proceso de exorcizar demonios, rendirte cuentas y compartirlo con los demás?

Para mí ha sido lo más complicado. No sé si llamarlo error pero tuve la brillante idea de dejar las letras para lo último ultimísimo. Hay muchas letras que están escritas en la cabina para grabar voces. Cuando compuse las melodías y sabía por dónde iban a ir las canciones, no me apetecía emocionalmente meterme en esos sitios y preferí dejarlo para después.

El hecho de hacer un disco concepto o que cuente una historia global, no es algo intencionado. Pero al final me di cuenta de que todo iba teniendo un denominador común y tenía la sensación de que si no hacía las canciones, tanto a nivel musical como lírico, lo más honestas posible, a mí personalmente el disco no me iba a funcionar.

Las letras me han costado mucho. Por ejemplo, me costó tanto escribir la letra de Cinema que hablé con Brais y con Luca y les dije: «Las voces de esta canción las grabo en mi casa». Tardé una semana en escribir la letra y grabé las voces en mi cuarto, metiendo un micrófono de 50€ en el armario. Es que me costaba mucho abrirme.

Ahora cada vez que compongo intento hacer la música y la letra al mismo tiempo, porque si no de verdad que es horroroso (risas).

No es algo que suela hacer mucho, pero en tu caso me encantaría hacer una especie de “track by track” comentando cada canción contigo. El disco tiene tanto de dónde sacar que me apetece mucho pedirte que me lo cuentes tú mismo. Si te parece…

Por supuesto. Yo encantado.

On Me abre el disco y es una canción que sobrecoge desde el primer momento que la escuchamos. Es casi como un ajuste de cuentas contigo mismo. Suena a arrepentimiento.

On Me creo que siente base de lo que es el disco. Muchos artistas estamos acostumbrados a escribir canciones en las que nosotros somos los afectados: «Me han roto el corazón, me han jodido la vida, etc.». Pero en cambio, esta canción sienta un poco el precedente de lo que luego es todo el disco, y es el hecho de que a lo mejor la culpa también es mía, que a lo mejor el que está haciendo daño soy yo y el que la está cagando por completo soy yo mismo. On Me lo que hace es sentar una línea narrativa en el disco que es «no te fíes de lo que yo te digo porque yo mismo me estoy dando cuenta de que lo estoy haciendo mal».

Al final, la canción también rompe mucho y la letra dice «I’ve been told, I’ve been told…». Es algo así como que me han dicho muchas cosas de mí, pero ahora mismo me estoy dando cuenta de que lo que yo estoy haciendo está mal.

Antes de continuar con el siguiente corte del álbum. Cuando cantas este tipo de canciones, ¿te resulta sencillo contener la emoción? En On Me, a cualquiera que haya visto el videoclip y a ti cantándola, le costaría no emocionarse.

Es complicado… (risas). Yo recuerdo, rodando este videoclip, ciertos momentos en los que todo el mundo estaba llorando y yo más porque al final, hacer un disco con esta honestidad, hace que me recuerde a mí mismo todos los errores que he cometido.

Me parece muy interesante cómo las palabras y los hechos pueden cambiar una circunstancia en cuestión de segundos

Time (For You) es una canción de amor hecha después de la pérdida.

Esta canción dejar claro que el disco no tiene porque tener, a nivel musical, el mismo tempo o la misma textura. Es una carta de amor, pero también hablo un poco de todas las cosas que podía haber hecho y no hice. Time habla mucho de que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Pero también trata de esa ironía que es el hecho de querer mucho a una persona pero darte cuenta que, para que ambos estéis bien, lo mejor es no estar juntos.

Fire es una canción muy dura, que no habla de ti directamente. A nivel musical, aunque sea un tema bastante áspero, suena a huida, a necesidad de encontrar la libertad. Musicalmente parece incluso optimista.

Teníamos una canción en el disco que se llamaba In My Head, que cuanto más la trabajábamos menos funcionaba. Así que Luca y Brais me dijeron que intentásemos buscar una alternativa. La alternativa fue encerrarnos nosotros tres con Miky, el batería de Jack Bisonte, y justo estaba viendo en el móvil la noticia de que en Estados Unidos un padre había matado a su hijo de un balazo por el hecho de ser homosexual. Así que me empecé a imaginar la historia de ese chaval si no lo hubiesen disparado y hubiese conseguido escapar con su familia.

Sí que es verdad que a lo mejor es más áspera, pero como bien has dicho tú, aunque Fire no sea lo que te esperas de lo que viene en el disco, encaja tanto porque al final habla de una persona que lo único que quiere es salir de todo ese sufrimiento. La canción tiene como dos mitades: la necesidad del chico de irse de ahí y de la propia familia de decirle que dispare y luego está la parte final, que es cuando ya se ha ido y está realmente bien. Ahí es cuando dice: «I’m not a saint but I’m getting alright», que es como decir: «No soy la mejor persona del mundo, pero ahora estoy mejor porque tú no estás aquí».

A Part From God es una canción que duele mucho y que habla de una historia personal y casi existencial…

En A Part From God sí que hay una influencia muy grande de Bon Iver, sobre todo porque mezclamos las guitarras con un dobro, que le da esa especie de tono cortante y que, por ejemplo, él utiliza en Skinny Love.

La escribí dos o tres días después de haberme pasado dos semanas enteras en tanatorios, en iglesias, en cementerios… Yo respeto mucho las creencias religiosas de cualquier persona pero sí que es verdad que hay un denominador común para todo el mundo, creas lo que creas: es esa sensación de injusticia cuando pierdes a alguien. A Part From God surge de la necesidad de no querer tener nada que ver con esa creencia de que todo va a ir bien y esa persona está en un lugar mejor.

La siguiente es Take All Your Things. De nuevo la pérdida.

Ahora que lo estoy viendo esto contigo me doy cuenta de que necesariamente no todas las canciones llevan un orden narrativo real. Probablemente, Take All Your Things es una muy buena segunda parte de On Me, a nivel de letra. Lo bueno que tiene ésta es que su letra es muy gráfica: Es la historia de cuando tú terminas tu relación con alguien y estás recogiendo tus cosas. Me parece muy interesante cómo las palabras y los hechos pueden cambiar una circunstancia en cuestión de segundos. Por ejemplo, yo estoy recogiendo un rotulador rojo que hasta hace diez minutos no era más que eso y que, a partir de ahora, va a ser un objeto que voy a tener en mi casa, que voy a guardar en una caja y que da igual las relaciones posteriores que tenga, porque ese rotulador lo voy a guardar.

Take All Your Things habla de lo estúpido y, al mismo tiempo, de lo romántico que es el sufrimiento. Yo siendo racional no debería guardar nada y pasar página, pero sin embargo acumulo cosas que lo único que hacen, aunque sea de una manera bonita, es que sufra.

Yo creo que eso es algo que nos pasa a todos: el regodearnos un poco en ese dolor.

Es que al final eso es el disco. Y es por eso por lo que creo que la gente está conectando bien con él: porque, por mucho que seamos conscientes de que el dolor es algo malo, yo pienso que hay una belleza ahí, que al final lo que hace es ensalzar a alguien por el que sufres.

Detrás de todo el dolor que refleja el disco hay un aprendizaje muy bonito

Wasted Love parece que habla un poco de arrepentimiento.

Es la primera canción que grabamos del disco. Luca me propuso que nos encerráramos los tres a hacer una canción desde cero, yo tenía una nota de voz tarareando el estribillo y, a partir de ahí, empezamos a trabajar. Wasted Love va un poco en la misma línea que On Me, están escritas bastante cercanas la una de la otra y habla de esa típica frase cuando lo dejas con alguien: «Ahí se van dos años de mi vida». La canción habla un poco de eso: «Siento mucho que pienses que has perdido dos años de tu vida conmigo».

River es, para mí, una de las más bonitas del disco. No tiene el tono desgarrador de otras pero en su sutileza hay una belleza enorme.

También es de mis favoritas y de las que más ganas tengo de tocar en directo. En el disco hay muchas estructuras diferentes y me apetecía hacer una canción que tuviera una tesitura muy constante. Luca y Brais siempre usan mucho la expresión de que la canción camine, que te vaya llevando. Hubo muchas referencias e investigación de lo que hace Novo Amor, Ben Howard o incluso James Blake, haciendo temas que no necesariamente tienen que tener partes o estructuras muy reconocibles pero que te llevan hacia adelante. Por eso metimos ese redoble de batería constante que al final rompe un poco más, pero es casi como una especie de marcha fúnebre.

A nivel lírico la canción habla mucho de esconderse, de guardarse uno mismo y de querer estar un poco alejado de todo lo que está ocurriendo. Para mí, el gran valor que tiene esta canción es esa sensación que te da de ir en un coche, lloviendo…

Cinema he leído en la hoja de promo que habla de cicatrices. Aunque antes has dicho que quizás las canciones no tengan un orden, parece que el disco es un proceso de sanación y cicatrización de tus heridas.

Eso te lo estoy diciendo ahora, pero cuando decidimos ordenar las canciones dentro del disco, probablemente, mi yo de hace un año vio que tenía mucho sentido, aunque ahora piense que quizás debería haber sido otro el orden. No sé… (risas).

Cinema reflexiona o habla mucho de una cosa que a mí me vuelve muy loco y que me resulta muy interesante, a pesar de ser súper cotidiano: el típico gesto de cuando dos personas se quieren mucho y marcan en algo de madera sus nombres. Me parecía curioso cómo eso se puede parecer a las relaciones: tú quieres dejar la prueba o marca de tu amor en algún sitio pero lo haces con un objeto que, como te pases de la raya, te puedes hacer muchísimo daño. Veía cierto paralelismo por el hecho de que a veces querer demasiado a alguien puede hacer más daño del que crees.

Tampoco busco yo ser el poeta del siglo XXI o Jorge Drexler, ni mucho menos. Pero lo cierto es que, cuando escucho música, las canciones que me gustan tanto en inglés como en español son las que cogen cosas cotidianas y le dan una vuelta.

Home es la primera de las despedidas.

Yo creo que Home es la despedida musical y Bones es la despedida lírica. La canción nos encajó por completo cuando vino Pablo Moreno a grabar unos cellos, que redondearon muy bien todo el trabajo. El tema tiene texturas muy raras pero que creo que han quedado muy guay. Por ejemplo, hacia el final de la canción se escucha como una caja de ritmos que en realidad son unas llaves: Soy yo entrando al estudio, sentándome en el sofá y Brais grabando como se agitan mis llaves. Esto ha pasado mucho y, a raíz de eso, generamos mil cosas.

Home habla de las despedidas en las que piensas en lo que podía haber sido. La canción dice: «You always said we’ll run away from home», que es como «yo siempre pensaba que tú eras la persona con la que me iba a escapar, pero no».

He de decir, aunque a lo mejor me maten por hacerlo, que esta canción estuvo muy, muy cerca de ser una colaboración, pero por temas de agenda al final no fue así. No puedo decir con quién, sólo que no es de España y que ojalá se pueda hacer en un futuro.

Bones (Psalm) es corta y concisa. Es quizás el verdadero resumen del álbum y la canción que seguramente se sale más de lo escuchado anteriormente.

Por mucho que la gente se empeñe en Bon Iver, esta canción viene de Travis Scott, de Kanye West, de Francis and the Lights… Sí que es verdad que es una canción en la que yo me obligo a ir al extremo de lo que se pueda pensar que voy a hacer, para así forzarme a que lo siguiente que saque sea un poco más diferente.

Decidí hacer la pijada de ponerle el subtítulo de Salmo, para hacer también un poco la coña de la referencia a la simbología religiosa. A nivel de letra es como un mantra (quizás por eso también sea como un salmo). Lo que te dice es que llevas nueve canciones sufriendo y que, a lo mejor, todo ese sufrimiento no es algo con lo que llorar, sino que es algo de lo que tienes que estar orgulloso. Significa que las personas por las que has llorado han dejado en ti una marca que te ha permitido escribir un disco. Bones tiene ese llanto final que dice que detrás de este dolor hay un aprendizaje muy bonito.

St Woods

Más que pasar página, tengo la sensación de haberme quedado a gusto al terminar el disco

Te agradezco mucho tu sinceridad y tu predisposición para diseccionar todas las canciones. Después de todo este proceso de creación, composición, grabación… ¿te sientes aliviado por haber soltado todo eso que tenías dentro?

Sin saberlo, antes de grabar el disco tenía la sensación de que no estaba pasando página de todo lo que debía hacerlo. Una vez terminado por fin, más que la sensación de haber pasado página, tengo la sensación de haberme quedado a gusto. Hay cosas de las que he pasado página y otras que no, pero eso no significa que sea malo y a lo mejor me van a acompañar toda la vida.

Sí que tengo la tranquilidad de que en este disco está todo lo que quería contar y de la manera que quería hacerlo. Ahora mismo no concibo mejores versiones de este disco. Si me dices de grabarlo con el mejor productor del mundo, mi sensación es que sería complicado. No porque este disco sea la polla, ni mucho menos, sino porque creo que entre todos los que hemos grabado el disco había un entendimiento que iba más allá de querer hacer el mejor trabajo del mundo.

Parece que volvemos a tener una corriente muy interesante de nuevos artistas enmarcados en el folk contemporáneo. ¿Qué representa para ti este estilo? ¿Qué es lo que verdaderamente te enamora de él?

Para empezar, me gustan mucho todos los artistas que lo componemos. Me da la sensación que hay como una especie de hermandad que no sé si en otros géneros o escenas se da. También me gusta mucho que con este género se potencia el hecho de ser honesto en las canciones y contar historias que no son fáciles de contar.

También creo que poco a poco las barreras de los géneros se van cayendo y uno de los ejemplos claros es Marem Ladson: Ella hizo un tremendísimo primer disco y ahora está llevando su música a otros lados. Me parece guay que dentro del folk cada uno se esté abriendo camino a los otros géneros.

Para terminar quería preguntarte acerca de tus planes a corto-medio plazo.

De cara al proyecto esta situación probablemente traiga más contras que pros. La verdad es que pienso en todas las cosas que teníamos para mayo y da mucha rabia porque hoy estaríamos tocando en Londres, mañana estaríamos en Brighton, probablemente en un mes estaríamos tocando en Alemania… Había unos planes internacionales bastante guays que se quedan parados y también había un par de presentaciones del disco aquí. Al final esto es lo que más me apetece. Yo estoy muy contento con el disco pero, en los meses previos al estado de alarma, empezaba a estar muy orgulloso del directo que iba a tener este disco. Mi sensación es (aunque la comparación sea horrorosa) que he hecho mi trabajo de fin de carrera, lo he entregado, pero no me han dejado presentarlo todavía (risas).

La verdad es que, aunque no quiera llorar mucho, es una putada porque. Para un proyecto que está empezando, el no poder girar en el circuito de festivales, que es un buen sitio para que la gente te descubra, dificulta aún más las cosas.

Ahora sólo me toca esperar y, si me comparo con otros compañeros de la industria que quizás están más desamparados por las circunstancias, igual no me debería quejar. De momento, lo que estoy esperando es que nos dejen salir de casa para ir a ensayar y así, en el momento en el que nos dejen hacer conciertos, para una o para mil personas, hacerlos. Lo que no quiero es que se pueda empezar a hacer conciertos y yo lleve sin ensayar con la banda tres meses.

AUTOR

Javier Decimavilla
Javier Decimavilla
La música nos puede salvar la vida o al menos mejorarla. Bob Dylan, Neil Young, David Bowie, The Beatles o The Rolling Stones, entre otros, nos llevan enseñando el camino a la felicidad desde hace décadas.

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