InicioConciertosCrónica Molly Burch En Madrid (Sala El Sol, 2019)

Crónica Molly Burch En Madrid (Sala El Sol, 2019)

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El romanticismo atemporal de Molly Burch dejó una inevitable huella en la historia de la sala El Sol de Madrid el pasado jueves, con ese sonido que homenajea al pop de otra época sin dejar de hacerlo propio con elementos de jazz y country. Esta joven promesa arremolinó en torno al centenar de asistentes en la mítica sala madrileña. Una cifra nada desdeñable para un día complicado —al coincidir con las fiestas del Orgullo—, que permitió disfrutar holgadamente, sin los apretujones habituales, de un espectáculo capaz de trasladar a cualquiera al set de una film noir de mediados del siglo pasado.

La velada comenzaba a las 21.30 horas con una grata sorpresa: el concierto de María Yfeu, en un registro distinto al de Burch pero igualmente embaucador. Acompañada por las improvisaciones al teclado de Julio Martín, Yfeu hizo gala de vozarrón soul interpretando varios temas propios—destaca su reciente carta de presentación ‘Grudges’— así como una versión de ‘Cuatro Rosas’, del grupo madrileño de la movida Gabinete Caligari. Definitivamente, un nombre a seguir de cerca en los próximos años.

María Yfeu en la Sala El Sol.

Poco después de las 22.30, Molly Burch se subía al escenario para deslumbrar con la rotundidad de «Candy»: «Why do I care what you think? / You’re not my father / Don’t even bother, don’t bother me», comienza el tema y define bien el empoderamiento que late en el segundo álbum de la artista. La audiencia, hipnotizada desde el minuto cero, se sumía en un silencio sepulcral. No hacía falta un haz de luz que apuntase solo a Burch, pues su voz curtida y atemporal se encargaba de hacerla destacar, sobre un colchón instrumental nada desdeñable. Elegante, Burch desprende un aura que trae a la memoria artistas como Lesley Gore o Dusty Springfield.

A ‘Candy’ sucedieron una retahíla de temas de su último álbum: «First Flower» (Captured Tracks, 2018), un trabajo en el que supera (con salvedades) el desamor de su primer trabajo para ahondar en su vasto mundo interior, lleno de ansiedades artísticas e identitarias. Canciones como ‘Wild’, ‘Without You’, ‘First Flower’, ‘To The Boys’… son ventanas al interior de Burch, y todas ellas sonaron para aportar distintos matices al concierto. También hubo hueco para presentar el recién estrenado single ‘Only One’, y algunos temas de su primer álbum, como ‘Downhearted’ ‘Please Be Mine’ o ‘Try’, que supusieron algunos de los momentos más sentidos de la noche.

Despojada de todo instrumento salvo su voz, Burch se dedicaba a interpretar con absoluta pulcritud. Cada giro vocal es magistral, saltando entre intervalos y adoptando diversos registros. Piezas juguetonas y movidas sucedían a otras más sentidas y desgarradoras, como el dilatado estribillo de ‘Try’.

En las secciones instrumentales, Burch cedía el protagonismo a su extraordinario grupo. Especialmente a destacar los coros en ‘To the Boys’ y los virtuosos solos del guitarrista principal Dailey Toliver en temas como ‘Please Fogive Me’ u ‘Only One’, que lograron arrancar auténticos aullidos y vítores del público. La primera fila concentraba a aquellos fans más acérrimos, con los que Burch intercambiaba miradas de complicidad y sonrisas enternecedoras, especialmente al ver cómo una niña pequeña recitaba al dedillo gran parte de sus letras. «Gracias por acercaros», repetía una y otra vez durante la velada, que remató con ‘Not Today’, en un bis a dúo con Toliver.

El paso de Burch por Madrid ha sido parte de una gira que ha organizado por España y Portugal, con paradas también en Ourense, Vigo, O Porto, Lisboa, Valencia y Vilanova i la Geltrú (Vida Festival). Es notorio —y muy de agradecer— que una cantante de su estilo haya pensado en las salas de Península Ibérica, grandes olvidadas por lo general en las giras europeas de artistas coetáneas a la californiana —pienso en Aldous Harding, Julia Jacklin, Angel Olsen, Bedouine—. Sonidos de influjo jazz, country, folk-rock, pop… que poco a poco, y gracias a circuitos como este o festivales como el Vida, cada vez suenan más en nuestro país.

El concierto remató a dúo con el guitarrista principal, Dailey Toliver.

Fotografías: Noel Castro.

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