InicioConciertosCrónica Mad Cool 2019: El fenómeno Rosalía arrasa Madrid (miércoles)

Crónica Mad Cool 2019: El fenómeno Rosalía arrasa Madrid (miércoles)

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Fotos: Alejandro García-Cantarero

La cuarta edición del Mad Cool Festival se presentaba con novedades con respecto al año anterior: reducción de aforo, reparto de cartel en seis escenarios en lugar de siete, eliminación de la zona vip prioritaria delante de los conciertos principales… Mejoras, todas ellas, que atendieron a algunos fallos y demandas detectados tras la edición de 2018. Si bien la no previsión de parking y la ausencia de metro las 24 horas, se llevaron las principales quejas de los asistentes de este año.

Pero, sin duda, la novedad más importante ha sido la inclusión de un día más de festival (al margen del abono y con entrada aparte, eso sí), a modo de Welcome Party, como primera toma de contacto. Lo que el año pasado fue una modesta fiesta celebrada en la sala La Riviera con MGMT como protagonistas (la banda estadounidense actuaría al día siguiente en la primera jornada del festival), en esta ocasión se podría traducir como una jornada más del propio festival, aunque con una reducción de aforo, de horario, de escenarios y de bandas. Y, ¿por qué no decirlo? con un cabeza de cartel que bien podría liderar el line up de cualquiera de los días oficiales del festival.

Metronomy

La primera toma de contacto con el recinto y con la cuarta de edición del Mad Cool Festival, la tuvimos con Metronomy. La elección no pudo ser más acertada para desentumecer los músculos y comenzar a despertar los sentidos. El luminoso y bailable pop con tintes electrónicos del quinteto, marcó un sugerente pistoletazo de salida a cuatro maratonianas jornadas de conciertos. Siempre es complicado actuar a primera hora de la jornada inaugural de un evento de estas características, pero a pesar del asfixiante calor, el público que se congregó delante de la banda británica se dispuso a no guardarse nada en el cajón y se empezaron a vislumbrar los primeros y cálidos bailes. Por supuesto, no faltaron los temas de su exitoso ‘The English Riviera‘ (2011), ni su última novedad “Salted Caramel Ice Cream”.

Metronomy

The Cat Empire

Probablemente, haya sido una de las sorpresas del festival para quien no haya asistido a un concierto suyo nunca. The Cat Empire, el proyecto liderado por Felix Riebl, es una de esas bandas difícilmente clasificables pero disfrutables al máximo en directo. Su música es un compendio de rock, ska, música caribeña, funk… y todos los géneros que ellos deseen introducir en su batidora de sonidos. Ese popurrí no genera confusión ni extrañeza, sino que sirve como claro hilo conductor de lo que esconde tras de sí la formación australiana, que además de los instrumentos clásicos del pop-rock, llevan consigo un trío de metales y un contrabajo, dotando de un genuino sabor a cada una de sus piezas.

Mientras la asistencia al recinto no paraba de crecer, The Cat Empire dieron una clase magistral de cómo debe ser un grupo encima de un escenario. Diversión y calidad a partes iguales, la multitud de influencias que forman parte de la idiosincrasia del grupo es lo que hace que su ecléctica propuesta sea tan atractiva y seductora. Los australianos, además, contaron con un invitado de excepción, cuando Jairo Zavala (Depedro) subió a acompañarles en el escenario a voz y guitarra.

The Cat Empire

Rosalía

Y llegó el plato fuerte del día y, sin duda, una de las actuaciones más esperadas de todo el Mad Cool. La que, como decíamos antes, podría haber encabezado cualquiera de los días fuertes del festival, la artista del momento, la rompefronteras Rosalía. A veces es difícil analizar lo que un fenómeno como este supone para el mundo de la música y, sobre todo, las sensaciones que una artista de estas dimensiones es capaz de transmitir a su público.

Ver a Rosalía en directo es un espectáculo y una experiencia difícilmente igualable. Seis bailarinas acompañando las estudiadísimas coreografías, coristas cuyas voces encajan a la perfección en cada estrofa, un carisma arrollador y un puñado de incuestionables hits en el bolsillo. Todo funciona como un reloj en un show de poco más de una hora, en el que la catalana dejó sin respiración a cada una de las miles de personas allí congregadas.

Arrancó marcando el pulso, con «Pienso en tu mirá”, uno de sus mayores éxitos, la canción que aúna las facetas más representativas de Rosalía: la sensibilidad de una voz prodigiosa con la garra de una estrella de la música pop, la tradición con la modernidad, las raíces con la globalidad. Tras ella, sin apenas pausa, desgranó un setlist que es como dicho tema, puro talento y diversidad.

Lo que Rosalía tiene dentro y, para regocijo nuestro, comparte en cada canción que interpreta, viaja en mil direcciones. Del flamenco más puro e intenso (impresionante y sobrecogedora su interpretación de “Catalina”), que le permite dar rienda suelta a todo su talento vocal, incluso entonando piezas a capella ante un emocionado y respetuoso público, a los sonidos más urbanos y contemporáneos, como “Con altura”, la canción que comparte con J Balvin.

Al margen de estilos, tendencias, gustos o modas, lo que Rosalía consigue con su público está al alcance de muy pocos elegidos. Gente de toda edad y condición se desmorona con cada movimiento, con cada estrofa, con cada sonrisa de la cantante. El claro ejemplo de todo esto es la comunión total con los allí presentes al interpretar “A ningún hombre”, un momento sobrecogedor y verdaderamente mágico. Ella es salvaje y racial, pero también extremadamente respetuosa, minuciosa y sensible. Es un auténtico torbellino que arrasa allá donde va.

Rosalía

Es cierto que el show tiene gran parte de sonidos programados y que, instrumentalmente, no escuchamos toda la música en directo que desearíamos, lo que le da cierto aire prefabricado al conjunto. Pero también es indudable que la sola presencia de la catalana llena el escenario, lo enciende, lo voltea, lo sacude, poniendo a todo el mundo a sus pies, sin miramientos. Rosalía ha llegado para ocupar un lugar en nuestra música que hasta ahora estaba vacío, es una auténtica diva, nuestra gran embajadora, capaz de emocionarse en el escenario y cantar con lágrimas en los ojos, del mismo modo que puede abordar un baile con la mayor de las precisiones.

El cierre, enlazando “Aute Cuture” y “Malamente”, provocó el delirio final de sus fans y supuso la traca final a un concierto corto, si lo comparamos con otro tipo de actuaciones en directo de diferentes géneros, pero ciertamente adecuado en duración a lo que la propuesta de la artista da de sí. Es puro derroche y así se vació en el escenario principal del Mad Cool Festival.

AUTOR

Javier Decimavilla
Javier Decimavilla
La música nos puede salvar la vida o al menos mejorarla. Bob Dylan, Neil Young, David Bowie, The Beatles o The Rolling Stones, entre otros, nos llevan enseñando el camino a la felicidad desde hace décadas.

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