InicioConciertosCrónica Fontaines D.C. en Madrid (Sala Cool, 2019)

Crónica Fontaines D.C. en Madrid (Sala Cool, 2019)

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‘Dogrel’ es el título del álbum que ha llevado al grupo dublinés Fontaines D.C. a una nominación en los premios Mercury Prize. Esta palabra, que antiguamente en la poesía irlandesa hacía referencia a los versos irregulares y sin rima con sentido cómico, o a los versos con rima fácil y contenido banal; ha tomado un nuevo significado para la ópera prima de la banda. Como ya han declarado los miembros de Fontaines D.C. en diversas ocasiones, escogieron ‘Dogrel’ para su álbum de forma irónica. No querían tomárselo demasiado en serio ni tratarlo como una obra de arte, sino como lo que es: música. Sin embargo, este LP ha conseguido un notable ascenso de la banda, la cual no esperaba para nada el éxito rotundo que ha adquirido durante el último año. Tanto es así, que prácticamente todos sus conciertos europeos se han vendido por completo. Incluyendo, por supuesto, el de la Sala Cool de Madrid, en el que CrazyMinds estuvo presente el pasado viernes.

Ante una sala con un aforo de 520 personas y todas las entradas vendidas, The Altered Hours se preparaban para abrir la noche que nos esperaba. No estaría exagerando al asegurar que el 70% de los asistentes debían de ser de procedencia británica, con camisetas de grupos como IDLES y cánticos acompañados de cervezas que animaban al personal.

Elaine Howley por Eli Gringer (ellieatgigs)

En cuanto a los teloneros, puede que no fueran Fontaines, pero sus guitarras estridentes y su estilo hacían que el público calentase motores y comenzase a moverse como si estos fueran el acto principal.

Aunque el equipo de sonido de la Sala Cool dejaba mucho que desear, aún pudimos apreciar el talento de la banda también procedente de Irlanda, y es que ambos grupos, junto al gran equipo de iluminación, salvaron el concierto del desastre . Unas atmósferas rojizas casi de película de terror, y otras coloridas con diseños novedosos. La banda no pudo estar mejor con la voz de su cantante principal –Elaine Howley– y la primera guitarra destacando sobre el resto.

Fontaines D.C.

Tras cuarenta minutos de concierto, era el turno de Fontaines D.C. El público aguardó pacientemente para ver al grupo que tanto ansiaba. Llegó la hora prevista para que comenzara el show, pero Grian Chatten, Carlos O’Connell y compañía no aparecían. Algunos empezaban a desesperarse, hubo gritos y pitidos de llamamiento… Hasta que por fin la banda dublinense salió al escenario.

Grian Chatten por Eli Gringer (ellieatgigs)

El público enloqueció entre aplausos, «whoos» y silbidos mientras el frontman de la banda se posicionaba frente al pie del micrófono con seguridad, dando varios golpes con este en el suelo y agarrándolo con fuerza. Comenzó a cantar «Checkless Reckless» con una energía impresionante. Las guitarras de Carlos O’Connel y Conor Curley sonaban incluso mejor que en el álbum de estudio, y ya es decir.

No dio tiempo a que acabase la primera canción, y en la pista ya se veían grupos saltando y chocándose unos con otros mientras sonaban las poéticas letras del grupo a coro. Palabra por palabra. Mientras, Grian no paraba quieto. Caminaba de un lado a otro como un torbellino de energía.

Conor Curley por Eli Gringer (ellieatgigs)

Después vino «Hurricane Laughter». Sólo con oír los primeros acordes, el público comenzó a saltar más y más. Todos gritaban «and there is no connection available» mientras el frontman se acercaba al borde del escenario y después volvía al sitio inicial, repetidamente. Las guitarras se volvían más y más estridentes a medida que avanzaba la canción y la energía de la sala, la acompañaba en crescendo. Entonces comenzó a sonar el rasgueo inicial de la famosa «Sha Sha Sha» y el público perdió la cabeza. Después, «The Lotts». Uno de los temas más pausados del disco, que contrastó con el ambiente, aunque no había forma de parar por completo lo que Fontaines D.C. habían creado en Madrid esa noche.

Público por Eli Gringer (ellieatgigs)

Los asistentes sabían todas y cada una de las palabras de todas las canciones, excepto de la siguiente: un tema nuevo llamado «Lucid Dream», el cual disfrutamos todos, aunque fuera nuestra primera escucha. Tras esta, los irlandeses tocaron «Television Screens», otra de las canciones más calmadas, aunque en directo se vivía mucho más vigorosamente. El cantante sentía cada palabra que pronunciaba como si se fuera a acabar el mundo. «Saw the ice face fail for the first time in years, and the water levels rise ‘round the television screens».

A continuación tocaron «Roy’s Tune», una de las canciones más importantes para la banda, que habla sobre la pérdida de la inocencia. Por poco tiemblan los cimientos de la sala Cool con los cánticos del público. Entonces llegó «Too Real» para romper con todo tras ese grito inicial. El público saltaba y se empujaba entre sí a modo de baile, haciendo que la energía volviera a estar en el punto anterior. Mientras, Tom Coll aporreaba la batería sin descanso como sólo él es capáz, y Grian interactuaba con el público chocándoles el puño o mediante gestos y miradas. Sus movimientos y su forma de estar sobre el escenario evocaban a un Ian Curtis, que se mezclaba con Liam Gallagher al coger el micrófono y dejarlo caer al suelo.

Conor Deegan y Carlos O’Connell por Eli Gringer (ellieatgigs)

La banda estrenó otro tema, este más actual que «Lucid Dream», llamado «Televised Mind». Después, tocaron las tres canciones que harían que el público volara por los aires, literalmente. Varias personas surfeaban sobre el resto durante «Liberty Belle» y «Boys in the Better Land». Había un ambiente muy positivo y divertido entre los seguidores de Fontaines. De los mejores que he visto hasta la fecha.

El show finalizó con «Big», el primer tema del álbum ‘Dogrel’. Como bien dice su estribillo, «my childhood was small, but I’m gonna be big».

Está claro que esta banda va a llegar lejos, así que no le pierdas la pista a Fontaines D.C., porque van a ser grandes.

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